Unión Musical Cartagonova, de 2012 a 2017.

5 aniversario

 

Los comienzos

La Unión Musical Cartagonova está integrada por una Banda y Escuela de Música que lleva el nombre de la ciudad de Cartagena por toda España, gracias a un elenco de profesores especialistas y músicos de carrera. El Alma Máter del proyecto, surgido en el año 2012, es su director, Jaime Belda Cantavella, músico de dilatada experiencia en su faceta de director y titulado en varios instrumentos, saxofonista notable y virtuoso de larga experiencia musical: nacido en la localidad valenciana de Font de la Figuera (cuna de destacados artistas y militares) en el seno de una familia de carácter liberal, pronto fue animado por sus progenitores a marchar primero a Valencia y luego a Madrid para realizar estudios superiores de música. Fue en la capital donde conoció a los más grandes músicos del momento, pudiendo compaginar su oficio de músico militar con interesantísimas experiencias en escenarios y en la televisión pública, compartiendo cartel con genios como Pedro Iturralde.

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Durante años fue un saxofonista brillante, pero su alma valenciana le traicionó y pronto entregó su talento a la dirección: dirigió la banda de su pueblo y llevó al éxito a otras bandas valencianas (Primitiva de Liria), convirtiéndose pronto en un habitual de los certámenes musicales del Palau, donde ha batido todos los records posibles (en su palmarés Jaime cuenta con 27 premios nacionales e internacionales, de ellos 19 primeros premios). Completó estudios en Francia y Alemania y el destino vino a depararle recalar en la región de Murcia, donde en los años 80 dirigió la Orquesta de Jóvenes y los festivales que reunieron durante años (en aquellos tiempos de Octavio de Juan y Enrique González Semitiel) a las mejores promesas musicales; compatibilizando esta tarea con la dirección de la Banda del Tercio Militar de Levante y la dirección puntual de diversas bandas y orquestas españolas y europeas.
Tras cesar en la dirección de la Orquesta de Jóvenes comenzó a mitad de los 90 a dirigir primero a la Agrupación Musical Sauces y a la Unión Musical Torrevejense, agrupaciones a las que llevó a lo más alto durante varios años. En el verano del año 2012 Jaime Belda, con el apoyo de una decena de profesores y setenta músicos de gran categoría inicia la nueva experiencia: en la prensa del día 4 de septiembre de aquel año aparece el proyecto de creación de una nueva banda y escuela de música, que nació hace ahora cinco años en plenas fiestas de Cartagineses y Romanos con un maratón musical en el muelle del puerto de Cartagena en el que participaron arropando a la nueva entidad la Agrupación Musical de Torre Pacheco, el coro Amigos de la música, el cantante Francisco Galián y el cantaor y profesor Curro Piñana.

Concierto inaugural 2012
Durante tres horas las más de dos mil personas que asistieron al concierto disfrutaron de la magistral dirección de Belda, que contó con la presencia en su debut de 74 músicos residentes en la ciudad y otros formados bajo su batuta que triunfan dentro y fuera de España. Para el estreno la banda interpretó un magnífico programa compuesto por pasodobles, fragmentos de famosas zarzuelas y dos marchas de procesión: Mater mea y Mektub, adornadas por las saetas de Curro Piñana.
Su primer presidente, Aurelio Guirao, manifestó en rueda de prensa que el repertorio era un guiño a la tradición musical cartagenera y su Semana Santa. La apuesta pedagógica de la nueva institución quedó manifestada desde ese primer momento por la puesta en escena en paralelo de un conjunto instrumental compuesto por los nuevos valores musicales, que deleitaron al respetable con conocidas piezas como Raiders March o el pasodoble Amparito Roca; y una big band para música ligera que interpretó bajo la batuta de Belda los temas En forma, A mi manera y Venecia sin ti, cantados por Francisco Galián, que anunciaban una nueva andadura en el cartagenero barrio de San Antón, lugar de su primera sede.

Tras el concierto inaugural del 30 de septiembre la banda de música y su escuela iniciaron su andadura con toda normalidad, de forma que el día 10 de noviembre se recogían los nuevos músicos con ocasión de la fiesta de Santa Cecilia: unos 50 músicos uniformados y equipados con sus instrumentos recorría una docena de domicilios para iniciar el ritual de recogida musical de los nuevos integrantes de la banda, músicos de distintas edades y diferente formación y oficio, destacando como anécdota la simultánea incorporación de Javier Ortas (presidente actual de la Unión Musical) y de su hija Sara. Ese mismo día se anunciaba la celebración del primer concierto de Santa Cecilia el sábado 17 de noviembre en el paraninfo de la UPCT, donde subieron al escenario los nuevos músicos acompañados por sus padrinos. Aquella tarde el repertorio musical interpretado fue diverso, destacando los fragmentos de obras sinfónicas (Los Planetas, de Holsts), óperas (Aida de Verdi) y zarzuelas (El Bateo, de Chueca).

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Aquel año de la presentación se cerró con la celebración de un total de cinco conciertos en variados escenarios, comenzando el 2013 con la preparación del estreno en Semana Santa, luciéndose la nueva banda en los desfiles pasionales acompañando a las principales cofradías a lo largo y ancho de la semana pasional. Los tradicionales conciertos por los distintos barrios y diputaciones de la ciudad anunciaban bajo el son de los pasodobles y la música de zarzuela la experiencia que habría de vivirse en París ese verano, pues la banda fue invitada a participar en los desfiles del XX aniversario de Disneyland París.

Haciendo música en Cartagena

Y, transcurrido un año de andadura, la banda tenía ya una dinámica positiva y un programa reglado en el panorama musical de la Región: desde aquel primer año de ilusiones y proyectos musicales, la Unión Musical mantiene una trayectoria que suele comenzar en el auditorio Victor Villegas de la ciudad de Murcia, en el encuentro que se denomina Bandas en el Auditorio. El programa se compone de una doble actuación, destacando por su calidad la que tuvo lugar el pasado año 2016 con la grata compañía en la apertura de la Agrupación Músico-cultural de la villa de San Javier, dirigida por Luis Ramón Rodríguez Lorenzo. Ese domingo 21 de febrero, a las 12 de la mañana y en la sala Narciso Yepes, nuestra Unión Musical interpretó el pasodoble de Ramón Roig La Gracia de Dios, tres tiempos de Trepidant, de Enrique de Tena, y la Sinfonía Nº2 de J. Barnes Chance. Pero, siendo estas actuaciones muy importantes, hemos de decir que en Cartagena todo lo mediatiza la Semana Santa, y la música también: con el comienzo del año los titulares de prensa y los sones de las bandas de música anuncian los desfiles pasionales. Con el Viernes de Dolores los conciertos de la plaza del Ayuntamiento ponen color al desfile incesante de gentes que van y vienen. Nuestra banda se viste con sus mejores galas y en la Semana Pasional de 2015 estrena su pasodoble Unión Musical Cartagonova, compuesto por Jesús Añó, uno de sus más ilustres miembros, y desgrana las notas musicales que habrán de interpretarse en las procesiones.
Otras veces es en la Universidad Politécnica donde se anuncia la Semana Santa, que para nuestra banda supone interpretar las siguientes marchas procesionales:Semana Santa recopilacion 2

-Virgen del Resucitado, de J. Puerto.
-Triunfal, de J. Blanco.
-Semana Santa en Sevilla, de P. Marquina.
-Marcha Lenta, de P. Oliver.
-San Juan, de V. Victoria.
-La Lanzada, de J. Torres.
-Cristo de los Estudiantes, de Jesús Añó.
-El Descendimiento, de G.G. Segura.
-Mater Mea, de R. Dorado.
-Mecktub, de M. San Miguel.
-La Madrugá, de A. Moreno.

En estos desfiles y conciertos de Semana Santa, la Unión Musical Cartagonova pone de manifiesto la calidad musical de sus integrantes, y también en los encuentros de bandas de música que se celebran en mayo en nuestra ciudad. En la edición de 2016, en la que participaron las cuatro formaciones musicales del Municipio, nuestra banda abrió el concierto con la interpretación de la obra Lord Tullamore, poema sinfónico de Carl Wittrock, interpretando además los tiempos Sussurando, Elevato y Slancio de la Segunda Sinfonía de J. Barnes Chance. Y es la mejor virtud de nuestra dirección musical, precisamente, esa capacidad de cambio de registro que se ejecuta en un breve espacio de tiempo, pues han demostrado ser capaces de poder en pocos días cambiar totalmente su estilo y poder pasar de un concierto de repertorio clásico a uno de primavera donde, bajo el auspicio y patronazgo del Rotary Club Cartagena, se interpretan grandes bandas sonoras de maestros de la composición musical para cinema como J. Williams, Ennio Morricone o Leonard Berstein.

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Estos conciertos de primavera, que se extienden por diferentes barrios y pedanías cartageneras, coinciden en el tiempo con la preparación de la audición fin de curso, que suele llevarse a cabo durante la segunda quincena del mes de junio. En la vertiente pedagógica de la Unión Musical se vuelca todo el equipo docente de la escuela de música, que cuenta con la dirección altruista de nuestro director Jaime Belda y de los profesores de guitarra, flauta, clarinete, fagot, saxofón, trompeta, trompa, trombón, tuba, percusión, conjunto instrumental, premusical y solfeo. En la casa de cultura de nuestro municipio (centro Ramón Alonso Luzzy) nuestra escuela de música, sita actualmente en la calle Alfonso X El Sabio, exhibe músculo: nuestros chicos interpretan sus piezas y nuestros músicos preparan el verano, pues el mes de julio es hábil y de actividad: o se va de certamen o se participa en encuentros musicales como el Villa de Mazarrón, modelo y ejemplo a imitar ideado por la asociación musical Maestro Eugenio Calderón y nuestra federación de Bandas de Música. Recuerdo como especialmente brillante la participación de nuestros chicos en la edición del año 2015, en los días previos a nuestra marcha a la villa de Dos Barrios para participar en su certamen de música. Allí bajo el cielo mazarronero se ensayó la pieza de concurso, Alonso Quijano, y sonaron con maestría oberturas, pasodobles y algún preludio sinfónico.
Tras el verano y el tradicional descanso de agosto el nuevo curso musical suele empezar con algún reto importante, y no es del todo inusual que el estreno sea en la Feria de Albacete, tradicionalmente espacio reservado para la actuación de bandas manchegas y valencianas, pero que en ocasiones tiene a bien contar con nuestra formación, que se viste de sus mejores galas para ejecutar un concierto como es el del Auditorio Municipal (de excelente acústica) donde es tradicional que destaque en el repertorio, intercalado con algún pasodoble, la interpretación de fragmentos de zarzuela del gusto del público manchego, de notables autores como Vives, Guerrero, Chueca o Sorozábal.

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Otro de los lugares mágicos para la Unión Musical Cartagonova es el casino de nuestra ciudad pues, siendo el espacio reducido, es por su situación en el corazón de la ciudad y por lo entendido de su público lugar ideal para el bautismo como solistas de jóvenes intérpretes de la banda, que hacen su rodaje para poder ejecutar los solos en los encuentros de bandas que suelen haber en otoño y los conciertos de Santa Cecilia, celebrados en los últimos años en el auditorio El Batel con la presentación de los nuevos músicos y la alocución del maestro de la radio Miguel Meroño. Siempre hay alguna sorpresa musical agradable, como ha sido el compartir escenario con intérpretes de otras disciplinas como la danza o el canto. Y es que el día de Santa Cecilia, y algún concierto al aire libre, anuncian la llegada de la Navidad y el cierre musical del año con el concierto tradicional del Casino y los benéficos que se celebran en el paraninfo de la UPCT.

Una banda nacida para competir.

Dice nuestro director que la música es siempre agradecida, que alegra el cuerpo y aviva el alma suene donde suene, en sitios pequeños y grandes auditorios. Hemos visto muchas veces al maestro Belda llegar a un modesto local de asociación de vecinos y encontrarse sin programa explicativo del repertorio y, lejos de sumirse en el pesimismo, ha hecho de la necesidad virtud, como hacen los grandes que son grandes de verdad: cogiendo el micrófono en una mano y la batuta en la otra comienza antes de cada obra a desgranar una serie de datos y anécdotas que meten al público en la música más que los propios sones. Es en estas plazas pequeñas donde los músicos novatos reciben sus más elementales enseñanzas. Pero no se hizo el espíritu de los nuestros para conformarse con pequeños retos: no se han roto moldes ni vencido obstáculos para quedarse encerrados en Cartagena. Tras solo dos años de singladura un buen día de primavera decidimos que tendríamos que romper nuestras cadenas y salir a competir más allá de nuestros mojones.

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Fue en la villa manchega de Dosbarrios, en el VIII Certamen Internacional de Bandas de Música Villa de Dosbarrios donde seguimos las huellas de Sancho y, mientras aguardábamos el comienzo de la competición en el recordamos que somos Quijotes cuando veíamos las imágenes de las rutilantes instalaciones de escuela y sala de ensayo que tienen los que aquella noche eran nuestros competidores: la Asociación Musical Manuel de Falla de Illescas de Toledo, la Banda Sinfónica de Aveiro de Portugal, la Sociedad Filarmónica de Agost y la banda titular de Dosbarrios. Todos fuimos conscientes del mérito de haber podido llegar hasta aquí sin tan siquiera tener un local propio y con condiciones mínimas para preparar un certamen, pero sabíamos que la mayoría de nuestros músicos, curtidos en mil batallas junto a Belda, triunfan en muchas bandas y orquestas importantes de dentro y fuera de nuestras fronteras.
Aquella noche manchega fue mágica, tocamos en el año del Quijote la obra obligada, desfilamos por las calles de Dosbarrios al son de El Abanico, nos presentamos con Olé mi Torero y triunfamos con Torre del Oro. El jurado, presidido por el maestro Enrique García Asensio, nos otorgó todos los galardones posibles: mejor banda, mejor director y mejor solista: Miriam Olga Pastor.

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Tras aquel rutilante triunfo en tierras toledanas la banda creció en número y calidad, y este año cometimos la osadía (seguimos sin medios materiales y sin local en condiciones) de ir a la catedral mundial de las bandas de música, el Palau de la Música de Valencia, y competimos en primera categoría en el 131 Certamen Internacional de Bandas de Música Ciudad de Valencia, llevando a 106 músicos que no cabían en nuestro cuarto de ensayo. La obra obligada que hubimos de tocar fue Everest, de Jordi Perelló; y nosotros arrancamos con un trozo de nuestro corazón cartagenero: el pasodoble Suspiros de España, y elegimos como obra libre la obra del Bernardo Adam Ferrero, Terra Mítica.

Las tres bandas tocaron a gran nivel, siendo la ganadora la Primitiva de Rafelbuñol. Nosotros vinimos a Cartagena con un segundo premio, que no colma nuestras aspiraciones, pero que nos da alas para perseverar en nuestro empeño de poder seguir formando músicos de todas las edades, soñando con que algún día nuestro colectivo, que integra a más de trescientas personas, un centenar de alumnos y otros tantos músicos, pueda contar con un marco digno donde seguir llevando a cabo nuestro proyecto, basado en la formación de personas libres, iguales y con valores.

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