Música que llega al corazón.

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Por Jaime Belda Cantavella.

Sin lugar a dudas, podemos afirmar que la música es uno de los elementos fundamentales de la Semana Santa de Cartagena. Como músico, estaría legitimado en poder decir que es la más importante de las aportaciones a nuestros desfiles pasionales, pero sería injusto. La música junto con la luz, la flor y el orden, todas ellas al unísono, hacen que esta manifestación religiosa, en manos de los cartageneros, se convierta en única.

Si el hombre siempre ha incluido a música en su vida cotidiana y su finalidad ha sido la de suscitar y expresar sentimientos, emociones, pensamientos e ideas, esta manifestación artística, no podía faltar en los desfiles pasionales. Las marchas de procesión o marchas fúnebres son esas piezas musicales, algunas de ellas verdaderos poemas sinfónicos que, con sus melodías, armonías y contrapuntos, nos acercan al misterio de la muerte y resurrección de Cristo.

Habida cuenta de que las marchas de procesión están compuestas para ser interpretadas por bandas de música y éstas no se conocen hasta la invasión de los franceses a nuestro país (Guerra de la Independencia), ¿Cómo serían las primeras procesiones de las cofradías cartageneras, Cofradía Marraja, fundada a finales del S. XVI o primera mitad del S. XV (según sea 1.584 o 1.641 su fecha de creación) y de la Cofradía California fundada un siglo después?

Puesto que no se tiene documentación histórica al respecto, nos atrevemos a decir que, desde sus inicios, no les faltaría la música, probablemente grupos de músicos tocando instrumentos de la época (pífanos, sacabuches y tambores).

Habrá que esperar hasta mediados del S. XIX, cuando  las bandas  de música  ya  empiezan a  establecerse en nuestro país,  para  hablar de  composiciones  musicales  destinadas a  ensalzar los desfiles  pasionales. Primero serían piezas extraídas de obras de grandes compositores, Liszt, Beethoven Schubert, Petrella, entre otros, adaptadas al ritmo de marcha lenta y más tarde las composiciones escritas específicamente con contenido temático original (música pura).

Desde ese momento hasta nuestros días, se cuentan por centenares las composiciones de marchas  de  procesión  o marchas  fúnebres  que  se  han escrito,  muchas  de ellas de gran valor musical, conformando un patrimonio cultural de extraordinario valor. Ante la imposibilidad de citar siquiera las más destacadas de entre las mejores, haremos mención de dos de ellas que a su vez se disputan ser las más antiguas. ¡PIEDAD! De Eduardo López Juarranz, 1.876 y EL DESTIERRO, también conocida como SAN JUAN de Vicente Victoria Valls, 1.891.

Para finalizar, hacer mención muy especial a las bandas de música «amateurs» agrupadas en sociedades musicales, donde desarrollan una meritoria actividad formativa y cultural de primer orden. Estas bandas actúan en nuestras procesiones y con su esfuerzo contribuyen al esplendor de la Semana Santa de Cartagena.

Articulo publicado en la guia «Semana Santa Cartagena paso a paso 2017» editada por Radio Cartagena-SER. Descargate AQUÍ la guía.